Todos coincidimos en lo mucho que nos había gustado el libro, lo bien que lo habíamos pasado y el viaje imaginario a Venecia, al que nos había transportado. Además de charlar sobre la trama y los personajes, entre los miembros de la tertulia, surgieron preguntas sobre la autora, los viajes que habría hecho a Venecia, la parte de realidad o ficción que podía haber en la novela…
Para nuestra sorpresa, María Lahoz, profesora de lengua de secundaria del colegio, y coordinadora de este grupo de tertulia, con los años ha entablado amistad con la autora, y durante la tertulia, le escribió un mail sin que los demás lo supiéramos.
De repente, interrumpió nuestras charlas y elucubraciones diciéndonos que Ana Alcolea, si le dábamos permiso, ¡estaba dispuesta a incorporarse a la videoconferencia! Todos asentimos emocionados y un poco alucinados. Ana, entró en nuestra tertulia, y nos aclaró algunas dudas y conclusiones a las que habíamos llegado. Nos narró más datos de los personajes, y el cuidado con el que documenta sus novelas y sus personajes para ser lo más fiel posible a la realidad. En esta novela nos explicó que casi metió la pata, al querer incorporar tomates en algún banquete de la corte Veneciana de aquella época. ¡Hubiera sido un anacronismo, ya que todavía no se conocía este alimento en Europa! Es una escritora que cuida hasta el más mínimo detalle sobre los personajes históricos que narra.
Escuchábamos a Ana, con dificultad, ¡como si estuviera muy lejos! Al terminar agradeció haber estado tan cerca de su tierra junto a nosotros, estando tan lejos en estos momentos de pandemia. ¡Nos reveló que se encuentra desde hace meses en Noruega confinada como nosotros, preparando una nueva novela!¡Seguro que no nos la vamos a perder ninguno de los miembros de la tertulia de ayer!
¡Qué experiencia tan interesante!
¡Gracias María por tu gran idea y gracias Ana Alcolea por regalarnos tu tiempo y sabiduría como escritora!